La ministra de Trabajo anuncia nuevas medidas a través de un Plan de Choque que mejore la seguridad de los profesionales del sector agrario, industria, construcción y servicios.
Entre 2017 y 2019 más de 1 millón y medio de personas fueron víctimas de accidentes laborales, y alrededor de 1.600 perdieron sus vidas. Unos datos de siniestralidad descomunales que dejan en evidencia la precariedad de un sistema que lleva pidiendo a gritos durante mucho tiempo tomar decisiones que ayuden a reconducir esta situación.
El Gobierno ha decidido ponerse las pilas en materia de salud y seguridad laboral, y hoy ha hecho público un nuevo Plan de Choque bajo el lema Arriesgar tu vida no es una opción, que busca promover entornos de trabajo seguros y reducir el número de accidentes laborales en aquellas empresas que presenten una mayor probabilidad de siniestros, y que se ejecutará a partir de enero de 2022.
“Hoy venimos a hablar de la vida en los centros de trabajo. Presentamos un plan para prevenir muertes y para situar la vida en el centro del trabajo. Lo que hoy presentamos aquí es una suerte de reto civilizatorio, convertir el trabajo, los lugares de trabajo en sitios saludables y seguros donde nadie ponga en riesgo su salud, y desde luego, donde nadie pierda su vida por trabajar. Atajar el problema de la siniestralidad laboral ha sido una prioridad absoluta desde que asumí este cargo”, ha declarado la ministra de Trabajo en la comparecencia de hoy, después de que hace unos días también hubiera hecho pública su propuesta de convertir el SEPE en una Agencia de Empleo Nacional.
Mayor atención al sector agrario, construcción, industria y servicios
Este nuevo plan se centrará en mejorar los entornos y condiciones de trabajo de los trabajadores, prestando especial atención a los agricultores, pescadores, profesionales de la construcción, industria y servicios, que ven como la tasa de siniestralidad se ha quedado estancada en los últimos años y reclaman medidas que refuercen su seguridad y su futuro.
Con este nuevo lavado de cara a las medidas vigentes, se pondrán en marcha diferentes actuaciones dirigidas a las actividades que más riesgo conllevan, implementando medidas para prevenir ahogamientos, mejorando la formación para evitar la pérdida de control y los accidentes con maquinarias, además de acciones que refuercen la seguridad en los desplazamientos por carreteras.
Cómo, con qué y por qué
Estas son las 3 preguntas en las que el Gobierno pretende hacer mella para ofrecer soluciones a los riesgos que asumen los trabajadores hoy en día, y ser capaces de responder a través de medidas efectivas que tengan como objetivo:
- Planificar actuaciones en las empresas en las que se concentren factores de riesgo de accidentes de trabajo.
- Realizar actuaciones inspectoras e identificar los riesgos más frecuentes que dan lugar a los accidentes.
- Puesta en práctica de acciones de sensibilización en colaboración con el Instituto Nacional de seguridad y Salud en el Trabajo.
Por su parte, el Instituto Nacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que trabajará codo con codo con el ministerio, se encargará de realizar estudios que permitan identificar dónde se están produciendo los siniestros, qué agentes están interviniendo, y cuándo se están produciendo.
De cara a la lucha contra el fraude y respecto a las actuaciones de inspección, Carmen Collado, directora general de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, ha confirmado que ya no se harán envíos de cartas, y ha aseverado que “a partir de ahora se van a cruzar datos y a identificar aquellas empresas en las que existe más probabilidad, en principio, de que concurra un siniestro mortal”, todo ello gracias a los estudios que facilite el Instituto y al nuevo sistema de cruce de datos que propone el Ministerio de Trabajo con este nuevo plan.
La misma Carmen Collado ha querido destacar que, según los últimos informes del Instituto, las empresas de trabajo temporal, también conocidas como ETT, son las que registran una mayor tasa de accidentes mortales de trabajo, algo en lo que se debe comenzar a trabajar con más precisión.
Y es que tener derecho a un trabajo digno y poder trabajar en unas condiciones adecuadas de seguridad y salud debe ser una realidad accesible para todos. Además, a pesar de que siempre se enfoca la siniestralidad desde el punto de vista del empleado, la realidad es que no únicamente debería interesar a los trabajadores teniendo en cuenta que los entornos seguros también favorecen la productividad y la competitividad de las empresas. Una idea que no parece calar en un buen número de empleadores, lo que evidentemente hace necesaria la intermediación y apoyo de organismos públicos que velen por la vida y seguridad de los trabajadores.