Estos son los fraudes electrónicos más habituales a los que tarde o temprano todos nos podemos terminar enfrentando.
La mayoría de nosotros pasamos buena parte del día dentro de un universo que nos interconecta a todos estando a miles de kilómetros de distancia, pero ¿estamos a salvo? Incluso cuando piensas que estás tomando un mínimo de medidas seguras, se pueden estar produciendo pequeñas brechas que sirven para que nos cuelen un buen fraude.
Ese email del banco en el que ni siquiera tienes cuenta, el mensaje de texto suplantando a tu compañía telefónica para pedirte un pago o las llamadas fraudulentas solicitando tus datos personales, son algunos de los fraudes que ha publicado la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), que vulneran nuestra seguridad y que pueden acabar en estafa si no se toman las precauciones necesarias.
Si en este artículo abordábamos el problema de los fraudes con tarjeta en la Dark Web, en este te vamos a explicar de la forma más sencilla en qué consiste el phishing, smishing y vishing para que puedas protegerte de ellos y evitar llevarte un buen susto.
Phishing, el peligro de los emails fraudulentos
El phishing es sin duda una de las prácticas más extendidas y que probablemente a estas alturas ya habrás experimentado. Este tipo de estafas se realizan a través del correo electrónico y consiste en el envío de un email suplantando una empresa o entidad determinada, como por ejemplo un banco, Correos, o incluso un organismo público.
El objetivo es conseguir información relevante sobre tarjetas de débito y crédito, contraseñas, direcciones, etc. Normalmente te facilitan una plataforma de cobro o pago, y te llevan a una página web idéntica a la web oficial. Una vez introduces todos tus datos, ¡fium!, el dinero se esfuma.
Smishing, cuidado con los enlaces de SMS desconocidos
Otra de las estafas más empleadas es la que nos llega a través de SMS fraudulentos. El usuario recibe un mensaje de texto en su teléfono, con algún tipo de enlace que pretende robar información de valor.
En otras ocasiones, la intención es la de vender algún tipo de producto que en realidad no existe, hacer que llames a un número de tarificación especial o intentar que hagas clic en enlaces infectados para dejar tu móvil inoperativo.
¡Recuerda que,si se trata de una compañía real, normalmente en el remitente aparecerá de forma automática el nombre de la empresa!
Vishing, el fraude más clásico
El truco más perenne de todos, el Jordi Hurtado de las estafas. Durante toda la vida los fraudes mediante llamada telefónica han sido uno de las grandes batallas a las que nos hemos tenido que enfrentar muchos de nosotros.
Consiste básicamente en que los delincuentes se hacen pasar por alguna compañía como tu empresa de luz, tu compañía telefónica, o por supuesto, tu entidad bancaria y a medida que va avanzando la conversación van dirigiendo la conversación hasta llegar a su objetivo. En el vishing toda la estafa se desarrolla durante una llamada telefónica en la que van a intentar por todos los medios conseguir tus datos personales o vulnerar tus contraseñas.
Normalmente, cuando que produce este tipo de fraude, previamente los delincuentes ya han logrado recabar información a través del phishing para realizar la llamada.
Cómo evitar el fraude electrónico
Todo este conjunto de prácticas son una de las pesadillas más grandes a los que nos enfrentamos los usuarios, en especial, los de avanzada edad ya que normalmente no están tan familiarizados con las tecnologías (aunque esto está empezando a cambiar con el paso del tiempo) y también las empresas.
Tengas la edad que tengas y trabajes en el sector que sea, estos son algunos consejos que pueden ayudarnos a prevenir este tipo de fraudes:
- Nunca proporciones información confidencial. Por ejemplo, los tres dígitos de la parte de atrás de la tarjeta (CVV), la contraseña de acceso a tu banca digital, dirección completa, etc. Una empresa real jamás solicitaría tus contraseñas, y si lo hace procura asegurarte que estás contactando con una empresa real.
- No pinches en enlaces de SMS o correos electrónicos. Habitualmente, tanto los mensajes de texto o emails suelen venir mal redactados, con un remitente sospechoso y finalmente, con un enlace fraudulento en el que te comunican de un “error” o en el que necesitan datos personales al haber ganado un “premio”.
- Revisa bien quién lo envía. Imagina que tenemos nuestro dinero en el Banco Santander, y que recibimos algo sobre nuestra cuenta bancaria. En un phishing, por ejemplo, el remitente sería algo así como “baanco-santandeer456@cuentas.com”, mal escrito y sin una cuenta profesional de correo. También pueden usar dominios que parecen reales, pero no lo son.
- Márcalos como spam. Tanto si lo recibes por medio de un SMS o de un email y has reconocido que se trata de una estafa, lo más aconsejable es marcarlo como spam para que, desde ese remitente, no puedan volver a contactar con nosotros.
¿Has sido víctima de un fraude?
Si has tenido la mala suerte de sucumbir ante una estafa electrónica, debes recopilar toda la información y pruebas que tengas y reportar el fraude siguiendo los pasos que indica OSI en este enlace.
Este tipo de fraudes electrónicos se ha popularizado tanto en los últimos años que hasta en la propia web de Correos o algunos bancos como el BBVA o Santander hacen referencia a los diferentes canales empleados por los ciberdelicuentes para intentar acceder a tus cuentas bancarias, usuarios y contraseñas donde publican algunos consejos para evitar este tipo de estafas.
Lo que es evidente es que todo este tipo de artimañas están cada vez más presentes en nuestro día a día y ya resulta incluso extraño no recibir algún tipo de mensajes fraudulentos. Es importante que sepamos cómo debemos detectar qué tipo de señales se les escapan para que podamos detectarlas y no proporcionemos información personal que puede vulnerar nuestras cuentas y causarnos graves problemas.
Ya sabemos, ¡mejor prevenir que curar!
