¿Está preparándose Madrid para el «gran apagón»? Ayuso ya trabaja en un plan de emergencia

La sombra del Blackout llega a nuestro país y la Comunidad de Madrid ha sido de las primeras en poner sobre la mesa la idea de una crisis de suministros.


Alemania, Suiza, Austria y ahora Madrid. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha hecho público esta semana que su gobierno ya se ha puesto manos a la obra para elaborar un Plan específico de Protección Civil, que permita establecer medidas de actuación ante un fallo de suministro eléctrico que pueda afectar a la población y las empresas.

Aunque el comunicado no ha tenido tintes de Armageddon, Enrique López, Consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, ha abierto la puerta en España ante una posible emergencia eléctrica, y ha instado al ejecutivo de Pedro Sánchez a trabajar en protocolos conjuntos que permitan a las autonomías tener un plan de coordinación.

“La posibilidad de un gran apagón a gran escala por desabastecimiento energético no es una idea descabellada, según los expertos”, ha declarado tras reclamar al Gobierno de España mayor capacidad de reacción ante una posible crisis energética.

Este plan consistiría en una hoja de ruta que incluya medidas de prevención, respuesta, retorno a la normalidad y evaluación, que permitan el restablecimiento del orden ante cualquier imprevisto, y que reduzcan su impacto a través de mecanismos que permitan trabajar de forma coordinada, tanto a las empresas eléctricas como a protección civil.

Pero López ha querido ir más allá y también ha revelado que el protocolo en el que trabajan desde Madrid, incluiría también medidas ante la posible escasez de alimentos básicos, componentes electrónicos, y otros elementos que podrían afectar a nuestra vida tal y como la conocemos.

La pandemia, la subida de los precios, la tasa de desempleo que se mantiene por las nubes, y por si fuera poco, ahora la amenaza de un parón eléctrico que podría poner en jaque a la sociedad. Aunque respecto a esto último, no deja de resultar curioso que en pleno siglo XXI, cuando nuestro trabajo y nuestras vidas se sostienen a través de cables y señales, salga a la luz este tipo de declaraciones que dejan al descubierto el nivel de improvisación en el que vivimos, y el evidente hecho de que nuestros líderes no cuenten aún con planes de emergencia por si la desconexión nos pilla un buen día por sorpresa.

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