La digitalización bancaria afecta a millones de personas que no utilizan métodos telemáticos para realizar sus operaciones.
En una era donde la transformación digital va a un ritmo voraz, se dan situaciones en las que una gran parte de la población termina quedando aislada, porque que así lo deciden o porque simplemente no pueden adaptarse a la misma velocidad.
Y es que muchas entidades bancarias han reducido el número de sucursales y han implementado los trámites de forma telemática, dejando en un limbo a miles de personas mayores en España que no utilizan internet en sus casas, complicándoles la vida y generando un sentimiento de abandono en ellas.
La fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (FOESSA) ha resaltado que más del 60% de los hogares conformados por personas mayores de 65 años se encuentran en situación de apagón digital. Esto provoca que muchos de ellos tengan que realizar desplazamientos más largos para poder acudir una oficina a retirar su dinero, hacer un ingreso o consultar los movimientos realizados.
La realidad es que mientras unos lo vivimos con total normalidad, cada vez es más complicado para los mayores ponerse en contacto con su banco, o incluso desplazarse presencialmente a una sucursal.
Pero es que además, ante el cierre de oficinas, aumentan las colas para poder acceder y se despersonaliza la atención al cliente, algo que deja insatisfechos a una buena parte de los clientes.
Los mayores reclaman una atención con más humanidad
Ante la falta de respuestas y soluciones por parte de los bancos, Carlos San Juan, un vecino de Valencia de 78 años, ha decidido reclamar y poner en voz alta esta situación que atañe a tantas personas de su edad, y ha puesto en marcha una petición en change.org para que “los bancos atiendan a las personas mayores sin trabas tecnológicas y con más paciencia y humanidad. Y que mantengan oficinas abiertas donde pueda atenderte una persona… que no todo sea por internet”.
La buena noticia es que parece haber surtido efecto y el Gobierno ya ha mostrado su apoyo a las personas que como Carlos sufren cada día el olvido de las entidades bancarias. De hecho, la ministra Nadia Calviño ha declarado recientemente que «la digitalización tiene que garantizar que se protege la inclusión financiera, sobre todo de las personas más vulnerables y nuestros mayores, evidentemente, son un colectivo que requieren una especial atención».
Y es que después de observar el descontento generalizado por parte de los mayores, la ministra ha reconocido que las medidas que se están llevando a cabo por los bancos «no son suficientes para atender a nuestros mayores» y que se pondrán en marcha un nuevo plan de acción con medidas que sean efectivas para favorecer la inclusión financiera. Esperemos que no queden en promesas y la lucha de Carlos tenga el resultado que muchos mayores esperan.
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