Tus redes sociales privadas no son tan privadas como crees, y mucho menos en época covid.
La pandemia ha puesto el mundo patas arriba y una gran cantidad de empresas no logran ver la luz al final del túnel, sobre todo en estos meses de invierno en los que los contagios no paran de subir y cuando parece que Ómicron empieza a trastocar los planes de recuperación en toda Europa.
Es por ello que las empresas tienen el foco puesto más que nunca en las redes sociales, donde pueden “controlar” el comportamiento de sus empleados e identificar actitudes que pongan en riesgo tanto su imagen como la seguridad de todos los trabajadores.
Hay que dejar claro que las redes sociales en el ámbito privado son justamente eso, “privadas”, pero hay determinadas actitudes que la empresa puede valorar como ofensivas y dañinas para la compañía, que pueden llegar a a ser denunciables ante un juez y terminar en despido disciplinario.
Una mascarilla por debajo de la nariz, la foto con los colegas sin distancia de seguridad, o fotos en fiestas masivas pueden convertirse en un motivo de despido si se considera que se está poniendo en peligro la seguridad e integridad de la empresa. El covid ha llegado como una tromba a nuestras vidas, y la crisis sanitaria ha hecho que la lupa se agudice aún más.
La propia web Abogacía Española recogía hace poco el caso de una trabajadora que, estando de baja porque debía guardar cuarentena, publicó varias fotos de ella en distintos eventos. Una irresponsabilidad que su empresa no perdonaría y que, tras la sentencia de un juez, provocó que fuera despedida de forma procedente.
Más allá del covid, nuestro comportamiento en redes importa más de lo que creemos
¿Quién no ha tenido ese compañero que sobrepasa los límites con sus bromas o que se ríe más de la cuenta de cada error? Esos momentos que quedaban en petit comité hace unos años han dado el salto a las redes sociales de una forma cada vez más plausible.
El acoso laboral, también conocido como mobbing, los comentarios denigrantes o el acoso sexual, están duramente castigados por los empresarios, por ello cada vez hay más compañías que trabajan en fomentar el buen uso de las redes sociales, e intentan prevenir determinadas prácticas y actitudes que atenten contra el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores.
De hecho, cada vez son más frecuentes los despidos que se producen porque las empresas descubren este tipo de comportamientos, que salen muchas veces a la luz gracias a que los propios trabajadores cuelgan imágenes que dejan en evidencia su falta de compromiso con jefes y compañeros.
Sacarte una foto mientras conduces y publicar comentarios ofensivos, racistas o discriminatorios, han sido ya motivos de despidos reales en nuestro país, pero es que además, a estas causas se suman la de tener una serie de conductas imprudentes frente al covid.
La realidad es que los empresarios se juegan mucho en los próximos años, y es importante que usemos la cabeza y el sentido común para mantener nuestro puesto de empleo, cuidando un comportamiento que va mucho más allá de nuestro lugar de trabajo.
