Las cabinas telefónicas han perdido definitivamente la batalla frente a los teléfonos móviles, y a lo largo de este año dejarán de prestar servicio.
Puede que no te hayas dado cuenta porque son casi parte del paisaje urbano, pero las cabinas telefónicas continúan entre nosotros después de casi 100 años de funcionamiento.
Fueron esenciales en una época en la que la palabra smartphone sonaba a invento de Regreso al Futuro, y sirvieron para que miles de españoles pudieran comunicarse a través de llamadas o incluso SMS.
Pero el tiempo ha pasado y las cabinas han visto cómo las nuevas tecnologías le han adelantado por la derecha. Tanto que sólo el 1% de los usuarios reconoce haber utilizados las cabinas en el último año, tal y como recoge la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), una cifra que choca con los casi 2 millones de euros que necesitan para su mantenimiento.
De hecho, en 2020 sólo se registró una llamada a la semana de media, quedando claro que la vida útil de las cabinas telefónicas había llegado a su fin, y debían dejar de formar parte del mobiliario de nuestros pueblos y ciudades.
En otros países como Reino Unido, un gran número de cabinas han sido transformadas en puntos wifi, para navegación y charge point que son muy útiles sobre todo para viajeros. No parece que Telefónica haya barajado esta opción y finalmente las cabinas no serán reutilizadas ni reacondicionadas para ofrecer otros servicios
Pero las cabinas no son las únicas que pasan a formar parte de nuestra historia, ya que el gran libro de las Páginas Amarillas también dejó de llegar a nuestros hogares en marzo del pasado año, cuando la pandemia certificó su desaparición después de 54 años de historia, pasando a convertirse en objeto de coleccionista, disponible hoy en día sólo por internet.
En el caso de las cabinas, desde el primer momento y durante todos estos años, Telefónica ha sido la compañía encargada de su mantenimiento y servicio, y será ella misma la que se encargue de todo el desmantelamiento definitivo durante 2022.