El clima de incertidumbre y la falta de motivación pueden estar detrás de este problema que afecta a 1 de cada 10 de jóvenes.
Alrededor de 485.000 personas menores de 25 años en nuestro país no está cursando ningún tipo de estudios y tampoco trabajan. Sin embargo, no son datos que deberían de pillar por sorpresa a nadie teniendo en cuenta las dificultades que tienen los más jóvenes para encontrar un empleo en España, sobre todo cuando se trata de acceder al mercado laboral por primera vez.
De este casi medio millón de “ninis”, apenas unos 300.000 están desempleados, por lo que casi 200.000 jóvenes pertenecen aún a la población inactiva. No obstante, estas cifras han disminuido si lo comparamos con los datos prepandemia, cuando la cifra de “ninis” estaba 5 puntos por encima antes de la crisis sanitaria.
Uno de los grandes causantes de esta situación, según apunta la patronal de empresas de trabajo temporal, son las graves cifras de fracaso escolar en España, una tasa que casi duplica la media de la Unión Europea, tal y como ha podido hacerse eco Europapress.
España a la cabeza del abandono escolar
La correlación entre un hecho y otro es casi evidente. La tasa de abandono escolar en nuestro país supera el 16% mientras que la media europea apenas ronda el 8%. Cifras que, unidas a los altos niveles de repetición en secundaria, nos ponen en el foco del fracaso educativo.
Si a esta situación le añadimos que sólo un 15% de las personas menores de 30 años ha logrado emanciparse a principios de este año, y que de los no emancipados alrededor de un 30% tiene más de 30 años, podemos intuir las dificultades que están atravesando los más jóvenes para poder independizarse y conseguir la tan ansiada autonomía, enfrentándose a un clima de incertidumbre provocada por la pandemia, a un mercado laboral con una tasa de desempleo que supera el 14%, y un nivel de paro juvenil que se eleva ya hasta el 30%.
Pero mientras en España aún esperamos medidas que hagan frente a esta situación, la UE parece haber empezado a reflexionar sobre este asunto, y recientemente von der Leyen ha hecho público un nuevo programa Erasmus para «regazados», que busca ofrecer una nueva experiencia en el extranjero a los jóvenes que ni estudian ni trabajan con el objetivo de abrirles nuevas puertas.
Lamentablemente, los jóvenes tienen que hacer frente a un panorama laboral donde abundan los contratos precarios, un bloqueo provocado por jubilaciones atrasadas, un sistema que complica la esperanza de vida de las empresas y microempresas, y unos niveles de desempleo que ponen su futuro cuesta arriba.
No obstante, focalizar sobre la falta de motivación de los comúnmente llamados “ninis” es un deber de cualquier Estado, un problema que lleva enquistado en España varias décadas, y que podría mejorar con un mercado laboral variado que favorezca la demanda de mano de obra formada, y una oferta educativa que se adecúe a las necesidades de las empresas y a lo que demandan los sectores con más oferta de empleo.
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