Cada vez es más habitual que la persona entrevistada por videollamada no sea la que se presenta en la oficina.
La pandemia ha terminado de impulsar las entrevistas por videollamada, incluso cuando pueden hacerse de forma presencial, ya que supone una mayor comodidad y ahorro de tiempo tanto para las empresas como para los candidatos.
Pero parece ser que no todo es positivo en esta fórmula de contratación, ya que muchos responsables de recursos humanos han comenzado a denunciar que la persona entrevistada y contratada no es la misma que la que se ha incorporado a trabajar.
¿Este «truco» te suena a lo que muchos hacían en los exámenes de la universidad, verdad? Pues consiste en algo muy parecido. Se trata de personas que se ofrecen para pasar la entrevista y conseguir el puesto de trabajo, ya sea de forma desinteresada o a través de algún tipo de remuneración.
Muchas empresas están buscando la forma de evitar este tipo de situaciones, ya que pueden suponer verdaderos problemas internos, tanto a nivel organizativo como económico, además de una inversión de tiempo irrecuperable.
Las estafas también llegan desde el otro lado
Los fraudes también salpican a la otra parte, los entrevistados, ya que muchas ofertas de empleo que se publican en la red pueden tratarse de una estafa para robar datos de los candidatos.
Uno de las prácticas más frecuentes en los ciberdelincuentes es intentar robar la identidad de las personas que se presentan a una oferta de empleo, con el objetivo de utilizarlo para cometer delitos o una estafa en cadena.
En algunos casos, los estafadores cuentan incluso con página web propia para ganar realismo, y para facilitar la subida de documentación como el carnet de conducir o el documento de identidad.
Por ello, conviene estar muy atento a qué tipo de ofertas estamos accediendo y quiénes nos están realizando la entrevista o pidiendo documentación por adelantado.
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